¿Qué es biblioterapia? ¿De donde proviene el término? Algunas interrogantes como éstas, relacionadas al concepto, provocan incertidumbre en el lector que recién conoce el término. A pesar de que el concepto biblioterapia es un vocablo que recientemente ha tomado popularidad, tiene su origen en la Antigüedad y la Edad Media. La palabra por sí sola sugiere que tiene relación con libros y tratamiento. El lexema de la palabra es biblio, el cual se utiliza para referirse a todo material bibliográfico y terapia significa un medio para curar o restablecer. Otras personas denominan el concepto como “lectura con fines curativos”. Con el propósito de entender el concepto, debemos conocer la evolución del término y los dos tipos en que la clasifican: la clínica y la personal.
El estudio de la historia es un proceso que nos place y más cuando al analizarla podemos hacer conexiones con el diario vivir y darle explicaciones a situaciones como en éste caso, comprender un término y su función. Si investigamos sobre la historia y el origen de la palabra biblioterapia, encontramos que en la antigüedad los egipcios localizaban sus bibliotecas en templos que nombraban “Casas de vida”, lo que significaba centro de conocimiento y espiritualidad. En la entrada de la biblioteca grababan la frase “Remedios para el alma”. El vocablo remedio se relaciona con el término terapia, por lo que al interpretar la frase podemos deducir que se refiere a la sanación del espíritu. Los griegos compartían la misma línea de pensamiento que los egipcios, consideraban que la lectura era un remedio para el alma. En cambio los romanos utilizaban las bibliotecas con fines curativos, cuando la recomendaban como desarrollo cognoscitivo de los pacientes. La lectura entre pacientes se popularizó como medio terapéutico y a finales del siglo XIX se comenzó a utilizar con enfermos mentales. Con el tiempo nuevas investigaciones en el campo de la medicina dejaron sin efecto la biblioterapia y fue sustituida por medicamentos.
En los últimos años el concepto ha cobrado vida y le han adjudicado dos funciones. La primera es la que se conoce como clínica. El objetivo de la biblioterapia clínica es ofrecer un tipo de ayuda o alternativa a las personas con serios problemas de comportamiento social, emocional y ético. Se espera que las personas que son sometidas a este tipo de intervención logren mejorar sus actitudes y comportamiento, lo que a su vez les conduce a llevar una vida social más saludable. El tratamiento se ofrece por lo general en hospitales o en clínicas de salud mental, puede ser en grupos o individualmente. El equipo que se encarga de ofrecer este tipo de terapia es multidisciplinario, desde psicoterapeutas y médicos hasta bibliotecarios. El proceso consta de presentar una literatura que se relacione con el problema a tratar, con el propósito de aclarar las dudas que puedan tener los participantes y por consiguiente, tomen decisiones conforme al comportamiento social esperado.
El segundo tipo se conoce como biblioterapia para el desarrollo personal. Este tipo de tratamiento se ofrece con fines correctivos y preventivos. Se trabaja con personas que buscan ayuda y se puede utilizar con grupos homogéneos. El objetivo es el desarrollo de la personalidad y la adaptación social del individuo. Mediante las terapias se trabaja el desarrollo y crecimiento de las personas, para que tengan la capacidad de solucionar situaciones que puedan surgir eventualmente en su diario vivir. Este tipo de tratamiento se lleva a cabo generalmente en escuelas, bibliotecas públicas, centros comunales o religiosos. El bibliotecario puede acudir a sicólogos, educadores, orientadores o trabajadores sociales para que le ayuden con el proceso de identificar las situaciones, la literatura y el tratamiento. Se utiliza lecturas de ficción y didácticas. La literatura de ficción se utiliza para identificar impresiones en el participante, comportamientos, proyecciones con el personaje, como expresa sus emociones y el auto reconocimiento de las situaciones presentadas. Es más un proceso de observación, con el propósito de identificar las situaciones de las personas o del grupo en general. Por el contrario, las lecturas especializadas son seleccionadas con especial cuidado, de acuerdo a las necesidades del grupo o el individuo y la edad.
Finalmente, podemos entender que la biblioterapia es un recurso para trabajar con personas que necesitan moderar comportamientos sociales o desarrollar su personalidad. El tratamiento les ayuda a conocerse así mismo y a pensar antes de actuar. Tomando como referencia las situaciones sociales que vivimos todos los días se debe proliferar el uso de ambos tipos de tratamientos y los educadores deben involucrarse en el proceso.
El estudio de la historia es un proceso que nos place y más cuando al analizarla podemos hacer conexiones con el diario vivir y darle explicaciones a situaciones como en éste caso, comprender un término y su función. Si investigamos sobre la historia y el origen de la palabra biblioterapia, encontramos que en la antigüedad los egipcios localizaban sus bibliotecas en templos que nombraban “Casas de vida”, lo que significaba centro de conocimiento y espiritualidad. En la entrada de la biblioteca grababan la frase “Remedios para el alma”. El vocablo remedio se relaciona con el término terapia, por lo que al interpretar la frase podemos deducir que se refiere a la sanación del espíritu. Los griegos compartían la misma línea de pensamiento que los egipcios, consideraban que la lectura era un remedio para el alma. En cambio los romanos utilizaban las bibliotecas con fines curativos, cuando la recomendaban como desarrollo cognoscitivo de los pacientes. La lectura entre pacientes se popularizó como medio terapéutico y a finales del siglo XIX se comenzó a utilizar con enfermos mentales. Con el tiempo nuevas investigaciones en el campo de la medicina dejaron sin efecto la biblioterapia y fue sustituida por medicamentos.
En los últimos años el concepto ha cobrado vida y le han adjudicado dos funciones. La primera es la que se conoce como clínica. El objetivo de la biblioterapia clínica es ofrecer un tipo de ayuda o alternativa a las personas con serios problemas de comportamiento social, emocional y ético. Se espera que las personas que son sometidas a este tipo de intervención logren mejorar sus actitudes y comportamiento, lo que a su vez les conduce a llevar una vida social más saludable. El tratamiento se ofrece por lo general en hospitales o en clínicas de salud mental, puede ser en grupos o individualmente. El equipo que se encarga de ofrecer este tipo de terapia es multidisciplinario, desde psicoterapeutas y médicos hasta bibliotecarios. El proceso consta de presentar una literatura que se relacione con el problema a tratar, con el propósito de aclarar las dudas que puedan tener los participantes y por consiguiente, tomen decisiones conforme al comportamiento social esperado.
El segundo tipo se conoce como biblioterapia para el desarrollo personal. Este tipo de tratamiento se ofrece con fines correctivos y preventivos. Se trabaja con personas que buscan ayuda y se puede utilizar con grupos homogéneos. El objetivo es el desarrollo de la personalidad y la adaptación social del individuo. Mediante las terapias se trabaja el desarrollo y crecimiento de las personas, para que tengan la capacidad de solucionar situaciones que puedan surgir eventualmente en su diario vivir. Este tipo de tratamiento se lleva a cabo generalmente en escuelas, bibliotecas públicas, centros comunales o religiosos. El bibliotecario puede acudir a sicólogos, educadores, orientadores o trabajadores sociales para que le ayuden con el proceso de identificar las situaciones, la literatura y el tratamiento. Se utiliza lecturas de ficción y didácticas. La literatura de ficción se utiliza para identificar impresiones en el participante, comportamientos, proyecciones con el personaje, como expresa sus emociones y el auto reconocimiento de las situaciones presentadas. Es más un proceso de observación, con el propósito de identificar las situaciones de las personas o del grupo en general. Por el contrario, las lecturas especializadas son seleccionadas con especial cuidado, de acuerdo a las necesidades del grupo o el individuo y la edad.
Finalmente, podemos entender que la biblioterapia es un recurso para trabajar con personas que necesitan moderar comportamientos sociales o desarrollar su personalidad. El tratamiento les ayuda a conocerse así mismo y a pensar antes de actuar. Tomando como referencia las situaciones sociales que vivimos todos los días se debe proliferar el uso de ambos tipos de tratamientos y los educadores deben involucrarse en el proceso.